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Cómo aliñar correctamente las ensaladas

Escrito Por Mageflón.

En los meses más calurosos del año, la ensalada es el plato principal perfecto o el acompañamiento ideal para refrescarse, hidratarse y aportar al organismo un montón de nutrientes imprescindibles. Pero, ¿sabes cuál es el orden para el aliño?

Aunque puede llevar más ingredientes como la miel, las especias o incluso el limón, el aliño básico se compone de sal, aceite de oliva y vinagre. El orden de los factores sí altera el producto: para gozar de una exquisita ensalada y deleitarte con el mejor de los sabores, las lecciones de la química te echarán un cable.

Sal, vinagre y aceite: el orden correcto para aliñar la ensalada

Puede que la costumbre en tu casa o tu lugar de origen sea diferente, pero si realmente quieres aliñar correctamente la ensalada debes echar primero la sal, luego el vinagre y por último, el aceite de oliva.

Esta cadencia tiene una explicación científica detrás: la sal es muy soluble en agua, por lo que incorporar primero este ingrediente penetrará y hará más ricos y salados todos los ingredientes, desde los tomates a las verduras de hoja verde o las fuentes de proteína que hayas incluido en tu plato.

A continuación, el vinagre, que tiene un alto contenido en agua, permite disolver los restos de sal e integrarse a la perfección con todos los elementos de la ensalada.

Y para finalizar, el aceite de oliva — mucho mejor si es virgen extra—, debe ser el último ingrediente, ya que crea una película sobre los alimentos. Si lo incorporas en primer lugar, impedirá que la sal y el vinagre sean adecuadamente absorbidos por los alimentos.

Además de ser rico en ácido oleico y compuestos fenólicos y carotenoides que combaten el envejecimiento, el aceite permite a tu organismo asimilar las vitaminas liposolubles como la A, E, K y D. ¿Qué cantidad de aceite necesitas al día? Según los expertos, unos 40 mililitros (37 gramos), lo que equivale a unas 3 o 4 cucharadas.

Por otro lado, los especialistas recomiendan aliñar justo la ensalada antes de servirla, para mantener frescas y crujientes hortalizas como la lechuga, impidiendo que se marchiten.

También tienes la posibilidad de preparar una buena vinagreta para que los sabores se mezclen bien: la mostaza o la miel ayudan a emulsionar el aceite y el vinagre. Puedes incorporar tus especias favoritas, desde chile a orégano, pasando por jengibre, comino, curry o pimienta.

También en este terreno resulta muy estimulante para el paladar salir del clásico ‘aceite, vinagre y sal’. Hay infinidad de productos que pueden dar lugar a interesantes aliños: hierbas aromáticas, mostaza, ralladura de limón o de naranja, frutos secos muy picaditos, miel, yogur natural si queremos un aliño más cremoso… Recuerda siempre, eso sí, que la intensidad del sabor de la vinagreta o de la salsa usada debe realzar el sabor de los ingredientes, no opacarlos. Si aun así optas por la vinagreta clásica, recuerda que la proporción debe ser tres partes de aceite de oliva por una de vinagre y una pizca de sal.

No olvides lavar bien todos los ingredientes para eliminar la posible presencia de pesticidas. Disfruta de tu ensalada y repite el mantra: sal, vinagre y aceite. Las especias, es idóneo incorporarlas entre la sal y el vinagre para una mayor absorción.

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